
- Ahí estas, sentado en esa silla otra vez. Buscando respuestas en donde no las hay, remando en un mar de razones que no existen y fundiendo neuronas a mas no poder. Tanta presión en la sien, y de tus huesos brota esa miel lubricante para tus miedos, calmante para el placer, sintiendo amor profundo en una vaga razón de ser. Fue tal la debilidad en aquel momento de soledad, que el odio se hizo amigo del tiempo, y supiste sentir el éxtasis de un orgasmo en compañía del dolor. Comenzaste a brotarte en odio, y terminaste en un rincón masticando las cenizas de un adiós, que no fue un adiós.
- Observando a tu alrededor comprendiste la situación, te viste humillado en una utopía sin sentido y la retórica fue tu mejor arma. Sí, palabras en una rara mezcla que fundieron confusión y amplitud de sentimientos te rodearon un callejón sin salida. Otra vez ahí, otra vez la historia comenzaba a desandarse, sobre la misma vieja rutina de sonrisas vacías, y besos sin amor. Pero que loca es la Vida, que te llevo hasta esos brazos como un salvavidas en el medio de la tempestad, como una luz de esperanza entre tanta oscuridad. En una bandeja de oro viste como se te ofrecía tanto valor, y te arriesgaste a correr el riesgo de ser VOS, otra vez.
- Que absurda la realidad, hoy ni siquiera te miras al espejo, reflejo de tu tormenta existencial. La furia de tus recuerdos abruptamente irrumpió en el calor de aquellos besos, refugio de tu soledad y desenvainaste tu mejor espada para pelearle a los miedos de tanta oscuridad. Ella te miraba, y en sus empañados ojos escribía una carta de amor y placer, expresaba tantos deseos de MUJER y te pedía a gritos un abrazo como consuelo mientras se asomaba un cansado amanecer. La noche fue terrible, las sabanas se desvanecieron por el suelo, y en tu espalda un tatuaje de penas que se sentían a flor de piel.
- Triste entre tanta cumbre de hormigón, caminaste de regreso a tu rincón de amores, ahogado entre razones otra vez, buscando un abrigo para otro amanecer. El terror fue absoluto, y en tus ojos rojos abundaban las ganas de salir de tanto miedo, de volver a sonreír pero fue la desolación el verdugo de tus deseos y la niebla de una fría mañana congelo tus huesos otra vez. Un papel fue la salida más fácil, aunque te dejo duro de recuerdos y dio señal de que todo acabó. -
- Observando a tu alrededor comprendiste la situación, te viste humillado en una utopía sin sentido y la retórica fue tu mejor arma. Sí, palabras en una rara mezcla que fundieron confusión y amplitud de sentimientos te rodearon un callejón sin salida. Otra vez ahí, otra vez la historia comenzaba a desandarse, sobre la misma vieja rutina de sonrisas vacías, y besos sin amor. Pero que loca es la Vida, que te llevo hasta esos brazos como un salvavidas en el medio de la tempestad, como una luz de esperanza entre tanta oscuridad. En una bandeja de oro viste como se te ofrecía tanto valor, y te arriesgaste a correr el riesgo de ser VOS, otra vez.
- Que absurda la realidad, hoy ni siquiera te miras al espejo, reflejo de tu tormenta existencial. La furia de tus recuerdos abruptamente irrumpió en el calor de aquellos besos, refugio de tu soledad y desenvainaste tu mejor espada para pelearle a los miedos de tanta oscuridad. Ella te miraba, y en sus empañados ojos escribía una carta de amor y placer, expresaba tantos deseos de MUJER y te pedía a gritos un abrazo como consuelo mientras se asomaba un cansado amanecer. La noche fue terrible, las sabanas se desvanecieron por el suelo, y en tu espalda un tatuaje de penas que se sentían a flor de piel.
- Triste entre tanta cumbre de hormigón, caminaste de regreso a tu rincón de amores, ahogado entre razones otra vez, buscando un abrigo para otro amanecer. El terror fue absoluto, y en tus ojos rojos abundaban las ganas de salir de tanto miedo, de volver a sonreír pero fue la desolación el verdugo de tus deseos y la niebla de una fría mañana congelo tus huesos otra vez. Un papel fue la salida más fácil, aunque te dejo duro de recuerdos y dio señal de que todo acabó. -
- Fernando Nicolás -
No hay comentarios:
Publicar un comentario